Agua fresca para consumo humano durante la época seca: ¿qué hacer y cómo? – recomendaciones a tomar[i]

El pasado 13 de Abril, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés)[1] informó que el fenómeno de El Niño tiene un 62 % de probabilidades de establecerse entre Mayo y Julio de este 2023 a nivel global. Esta predicción se da debido a que se han registrado temperaturas arriba del promedio en el Pacífico Ecuatorial así como en el subsuelo.

Desde el año 2020 al 2022, La Niña se estableció en varias zonas del mundo y condujo a periodos de lluvia intensos y continuos, lo que permitió la recarga de acuíferos y embalses naturales y artificiales, agua que está actualmente siendo utilizada. Sin embargo, los datos indican que en el año 2023 se establecerá un año “Niño”, que implica que será un año con sequías prolongadas. Los efectos serán más drásticos en zonas frágiles como el Corredor Seco Centroamericano.

Como indican especialistas del Banco Mundial, es necesario replantearse la idea del almacenamiento del agua fresca para abastecimiento de agua potable, generación de alimentos y demás usos, principalmente para las épocas secas. En general, se recomienda que en los meses de intensas lluvias se incrementen los esfuerzos por almacenar los mayores volúmenes de agua posible.

En el momento en que se da una sequía, sus efectos obligan a tomar medidas drásticas para proveer agua a las familias, sin embargo, lo más recomendable es tomar las medidas con suficiente tiempo de antelación pues así los efectos negativos son menores y menos costosos. En varios países y dispersos en varias fuentes encontradas en Internet, se encuentran las siguientes recomendaciones a tomar.

Formular Proyectos de Almacenamiento

Se pueden formular proyectos focalizados en estructuras nuevas de almacenamiento que resulten más económicos, factibles y de bajo costo operativo que los proyectos integrales (fuente, conducción, tratamiento, redes, tanques). También es posible que se formulen otros proyectos que aprovechen embalses naturales cercanos no utilizados, con obras de ingeniería, como la limpieza de sedimentos y corte de malezas en el interior y alrededor de estos embalses. En el estudio publicado sobre el tema, el Banco Mundial propone algunos pasos concretos que pueden ser dados por las instituciones o empresas de agua para planificar este tipo de proyectos de almacenamiento.[2]

Gestión oportuna de recursos financieros

La etapa posterior a la planificación de las obras de mediano y gran tamaño que pueden cubrir una ciudad o una región completa dentro de un país o una región geográfica determinada es la consecución de recursos. Una estrategia adecuada es realizar estudios económicos mediante los cuales se pueda convencer a las secretarías (o ministerios) de hacienda y de cooperación internacional, a gestionar fondos ante organismos financieros bilaterales o multilaterales a fin de conseguir los recursos financieros que se requieren para llevar a cabo las obras planificadas de almacenamiento.

Actualización de tecnologías

Los profesionales de las instituciones públicas, privadas, las asociaciones de profesionales y la academia pueden documentarse en el exterior, de tecnologías para ser estudiadas, piloteadas y posteriormente planificadas, algunas de las cuales se presentan a continuación.

Recarga de Acuíferos. Los acuíferos son grandes tanques de almacenamiento de agua, a nivel subterráneo. Estas obras pueden ser de dimensiones muy variadas. En ciudades medianas y grandes, la recarga puede realizarse mediante obras de ingeniería que implican la construcción de embalses subterráneos de gran tamaño. En países como México y Chile, la recarga de acuíferos es una realidad y hay estudios que vale la pena revisar para obtener conocimientos aplicables.[3]

Aprovechamiento del agua de lluvia. Las obras de aprovechamiento de agua de lluvia en las áreas rurales han sido una solución ya utilizada desde inicios de la civilización humana. Los proyectos que aprovechan los techos de los inmuebles (desde viviendas hasta edificios públicos, como escuelas), requieren generalmente invertir en canales, tanques sobre suelo o tanques enterrados, llamados también aljibes. Las soluciones individuales también han formado parte en el pasado de proyectos piloto, los que podrían escalarse a niveles y presupuestos mayores.[4]

Campañas de ahorro del agua

Enfrentar la problemática de la falta de agua durante épocas de sequía es una acción que conviene realizarla en conjunto con la población. En varios países [5]se han diseñado y practicado con éxito campañas de cambio de comportamiento con respecto al uso racional del agua que pueden ser adoptadas y adaptadas a la realidad de cada país, o bien diseñadas a la medida de cada población, para que se reduzcan los desperdicios que todavía se observan en las ciudades, como el uso de mangueras para regar calles pavimentadas durante el día, hábitos personales de desperdicio como la ducha con la llave abierta todo el tiempo y muchas más. Estas campañas tienen un costo determinado y por tanto, también pueden ser tratadas como un proyecto particular hasta llegar a la necesaria búsqueda de financiamiento.[6]

Administración racional del recurso hídrico en el país

Las Leyes de Recursos Hídricos de varios países permiten, en su mayoría, priorizar el uso del agua para fines de consumo humano, antes que la agricultura (que más usa en % el agua fresca de los países), la industria y otros. Antes que comiencen las épocas de sequía conviene llegar a arreglos o acuerdos entre los sectores, a fin que en las semanas más críticas en donde se comprometa el suministro de agua para las poblaciones urbanas y rurales, el uso del agua para otros sectores se reduzca, comprometiendo lo menos posible la salud económica de esos sectores. Sobre este tema, la FAO publicó un libro que se recomienda leer.[7]

Mayor aprovechamiento del agua de mar

El costo de tratamiento del agua de mar hace que su uso no sea más frecuente, excepto en países que disponen de suficientes recursos económicos. Por otra parte, hay ciudades y poblados menores que están lejos de las costas o en puntos elevados en sierras y montañas y los costos de llevar el agua tratada del mar se vuelve más costosa. De cualquier manera, para aquellas poblaciones que tienen las condiciones, conviene su mayor aprovechamiento. Siempre en relación con los costos, en los últimos años estos han reducido proporcionalmente. Actualmente, mil galones de agua dulce producida por una planta desalinizadora resultan entre US$ 2.5 y US$ 5, contra US$ 2.0 que cuesta producir el mismo volumen por otros medios tradicionales, sin embargo, como indica el artículo que se cita, los costos ya son menores que en años anteriores.[8]

Utilización del agua residual tratada

El tratamiento de las aguas residuales municipales ha ido en incremento en muchos países y la tecnología ha llegado a un punto que los efluentes que proceden de las plantas de tratamiento ya pueden llegar sin mayores costos a pasar por etapas terciarias y por tanto, su reuso es una realidad en varios países. En sitios en donde en el verano los agricultores explotan los acuíferos subterráneos para disponer de agua para riego, el agua residual tratada puede hacer que tales acuíferos no se sobreexploten y que el riego de ciertos cultivos no ponga en riesgo el abastecimiento de agua potable a las familias que viven en ciudades o poblados cercanos. Aun más, el agua residual tratada puede ser reutilizada para regar áreas destinadas a bosques, con lo cual se estará beneficiando la disponibilidad futura de agua subterránea para estas zonas pobladas. Se sugiere la lectura del libro “Aguas Residuales: De Residuo a Recurso”[9] el cual brinda herramientas interesantes de planificación y modelos de negocio para concretar proyectos de economía circular.

Atención especial del agua que se pierde: Mantenimiento mayor de válvulas y tuberías de distribución

Las entidades públicas (centrales y municipales) o privadas de servicio de agua potable tienen un rol muy importante al enfrentar las épocas de seguía, llevando varias acciones con sus propios presupuestos anuales. Una acción intensa es invertir en la reducción del agua que se pierde en las tuberías debidos a muchas causas (edad de la tubería, instalación deficiente, baja calidad de materiales, etc.). Las campañas de ahorro de agua son más efectivas cuando la población nota que la empresa de agua hace serios esfuerzos por reparar de manera rápida las fugas que se producen en las tuberías de las redes de distribución. En caso se presente la necesidad de racionar el servicio por áreas, también es necesario invertir en dar mantenimiento a las válvulas de las redes y al funcionamiento de los tanques de almacenamiento.

Concientización al personal de las empresas de agua y saneamiento

Enfrentar las épocas de sequía, principalmente en las empresas de servicio de agua potable, es una tarea que requiere del concurso de todos: funcionarios, profesionales, técnicos, obreros, personal administrativo, directivos, oficinistas y trabajadores organizados en sindicatos. El esfuerzo del personal directivo, que puede llegar a unas diez o veinte personas, se multiplica cuando se da a conocer a todo el personal las implicaciones que tiene para la sociedad en su conjunto, así como también para el bienestar de la empresa y sus filiales, el hecho de disponer o no de la materia prima con la que opera la organización, que es el agua fresca proveniente de las diversas fuentes.

Las campañas de ahorro del agua pueden ser conocidas en primera instancia entre el personal de las empresas y así, estos pueden convertirse en voceros y promotores, ante toda la población, de los procedimientos a tomar cuando se observen pérdidas de agua en tuberías o en medidores, o bien en promotores de la reparación de fugas dentro de los domicilios o en la toma de conciencia para evitar los desperdicios de agua.

Tecnologías simples y complejas de ahorro de agua

Desde los años ochenta la industria de la ferretería comenzó a construir artefactos para uso del agua y de las aguas residuales, que permitieran ahorrar agua. A estos artefactos, se les llamó ABC, o Artefactos de Bajo Consumo. Esto permitió que en urbes como en Ciudad de México se procediera a cambiar miles de inodoros por otros que consumieran menos agua por descarga, lográndose así reducir el elevado consumo de agua de la ciudad y con ello bajar la explotación del acuífero de la ciudad, que provoca, entre otras cosas, el hundimiento de edificios.

Además de esas medidas de tecnología desarrollada, se dieron desde entonces consejos sencillos para reducir el uso del agua de descarga de los inodoros, como era colocar recipientes plásticos o ladrillos dentro del tanque y reemplazar las mangueras para regado de jardines, por regaderas metálicas.

Actualmente, hay muchas tecnologías nuevas que logran el mismo objetivo y que ya observan comúnmente en comercios, como restaurantes y hoteles. [10]

El rol de esta industria para desarrollar nuevas tecnologías que estén al alcance económico de todas las familias será de una gran importancia para enfrentar las épocas de sequía.

Estudios económicos

Así como se han hecho estudios económicos de los indicadores macroeconómicos de un país por la falta de saneamiento, así también, es posible realizar estudios económicos que determinen las pérdidas económicas por atender las sequías en condiciones de emergencia. Hechos tan simples, por ejemplo, como medir el costo de transportar un metros cúbico de agua a x kilómetros por tubería y por medio de cisternas móviles, permite determinar las considerables diferencias de tales costos. O los efectos que tiene el hecho de tener que consumir agua contaminada de ríos o quebradas por la falta de agua en los sistemas. O bien el efecto económico que significan la pérdidas económicas por ausentismo laboral y escolar debidas a la sequía.

Uso separado o conjunto de medidas para enfrentar la sequía

Cualquier medida de las anteriormente enlistadas resultan beneficiosas para reducir al máximo posible los efectos de las épocas de sequía como en los años “Niño”. Si son utilizadas como Programas, su efecto es considerablemente superior y puede llegar a contabilizarse mediante indicadores físicos y económicos. Al final, los beneficiarios son todas las personas que tienen servicios urbanos o rurales de agua potable y de saneamiento y la sociedad en su conjunto también es beneficiaria, con los consecuentes logros de carácter económico y hasta político.

Durante los tres últimos años “Niña”, fue posible que la temperatura global se mantuviera relativamente estable. Sin embargo, los meteorólogos pronostican que a partir de la segunda parte de 2023 y todo 2024, el “Niño” provoque picos extremos de temperaturas, que a nivel de la población puede provocar mayores consumos de agua potable de los normales.

La acción concertada de toda la sociedad ante tales fenómenos podrá dar la solución a la problemática que está por presentarse.


[1] https://www.noaa.gov/weather

[2] https://documents1.worldbank.org/curated/en/099454002022397507/pdf/IDU031e759b40be950485909796045bca5d8e378.pdf

[3] https://www.cazalac.org/publico/fileadmin/templates/documentos/Chile-Mexico/Curso_31052016/Recarga_artificial_de_acuiferos.pdf

[4] https://www.unicef.org/peru/historias/cosechando-agua-de-lluvia

[5] https://www.expoknews.com/7-campanas-de-ahorro-de-agua-que-debes-conocer/

[6] https://fandelagua.com/10-acciones-para-cuidar-el-agua/

[7] https://www.fao.org/3/i3015s/i3015s.pdf

[8] https://www.fundacionaquae.org/wiki/cifras-sobre-la-desalinizacion/

[9] https://www.worldbank.org/en/topic/water/publication/wastewater-initiative

[10] https://www.iagua.es/blogs/luis-martin-martinez/10-mejores-tecnologias-ahorrar-agua-revision


[i] Por Nelson Medina Rocha, MSc en Ingeniería Ambiental, Abril 2023.