Pronóstico de Huracanes para el año Niño 2023, su impacto y medidas preventivas en los sistemas de agua potable y de alcantarillado[i]

La sinopsis del Reporte del 8 de junio recién pasado del Centro de Predicción Climática de la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica) de Estados Unidos de América, es categórico en afirmar que: “Las condiciones de El Niño están presentes y se espera que se fortalezcan gradualmente en el invierno del Hemisferio Norte de 2023-24”.[1] Detrás de esta predicción está la medición del calor anómalo generalizado debajo de la superficie del Océano Pacífico ecuatorial. Esto último tiene una relación directa con la formación de huracanes pues el inicio de estos depende precisamente de la alta temperatura de los océanos.

La perspectiva de la NOAA para la temporada de huracanes en el Atlántico de 2023, que va del 1 de junio al 30 de noviembre, predice un 40 % de probabilidad de una temporada casi normal, un 30 % de probabilidad de una temporada por encima de lo normal y un 30 % de probabilidad de una temporada por debajo de lo normal estación.

NOAA pronostica un rango de 12 a 17 tormentas con nombre en total (vientos de 39 mph o más). De esos, 5 a 9 podrían convertirse en huracanes (vientos de 74 mph o más), incluidos 1 a 4 huracanes importantes (categoría 3, 4 o 5; con vientos de 111 mph o más). NOAA tiene un 70% de confianza en estos rangos. Para la NOAA, estos pronósticos permiten afirmar que esta temporada de huracanes será normal.[2]

Como se sabe, el Niño afectará amplias áreas de la Tierra con sequías importantes, lo cual no es condición para que no se presenten también huracanes.

Ante la ocurrencia de estos eventos en los sistemas de agua y alcantarillado, especialistas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)[3], identifican cuatro acciones clave que corresponde realizar a las empresas de agua u operadores municipales o comunales:

  1. Analizar el tipo y severidad de la emergencia e identificar los componentes críticos de la red de abastecimiento y recolección: Personal, instalaciones y equipos, fuentes de agua, sistemas de aducción y conducción, instalaciones de tratamiento, almacenamiento, energía eléctrica, transporte y comunicaciones. Por ejemplo, si después de un huracán, las plantas de tratamiento de aguas están paralizadas, hay que identificar cuáles serían las fuentes alternativas de agua potable.
  2. Proveer ayuda de emergencia para salvar vidas: evacuar primero y reparar luego. Si se ha dañado la represa de un reservorio o si la falla puede ser inminente, es más importante evacuar primero a las personas ubicadas en la trayectoria de la inundación y luego comenzar las reparaciones de la represa.
  3. Reducir la probabilidad de lesiones o daños. Durante esta fase, el público debería ser informado sobre el estado del servicio y recomendaciones u órdenes de cómo proceder, cómo hervir el agua y otras notificaciones de emergencia.
  4. Realizar reparaciones de emergencia basándose en prioridad de la demanda. Esto implica llevar a cabo las reparaciones u otras acciones que proveerán servicio a clientes o para satisfacer demandas con prioridad, como instalaciones médicas, albergues temporales y puntos de abastecimiento de agua potable para sectores aislados o con interrupción del servicio.

Estos fenómenos naturales no son recientes ni se deben en su totalidad al cambio climático. Forman parte de la dinámica del planeta. Por eso, desde hace 25 años, la OPS/OMS elaboró el documento “Mitigación de desastres naturales en sistemas de agua potable y alcantarillado sanitario”[4], en el cual señalaron con mayor detalle cuáles eran, por experiencia, los daños parciales o totales debidos a huracanes:

  • Afectaciones en las instalaciones, puestos de mando y otras edificaciones de una empresa u organización, tales como rotura de vidrios, techos, inundaciones, etc., debido a la fuerza de los vientos.
  • Roturas de tuberías, en pasos expuestos, tales como ríos y quebradas, debido a correntadas.
  • Roturas y desacoples de tuberías en zonas montañosas por deslizamientos de tierra y correntadas de agua.
  • Roturas y daños en las tapas de los tanques elevados y asentados sobre terreno.
  • Contaminación de agua en los tanques y tuberías.
  • Roturas de tuberías y falla de estructuras por asentamientos del terreno, debido a inundaciones.
  • Daños en sistemas de transmisión y distribución de energía eléctrica, ocasionando la interrupción en la operación de equipos, instrumentos y medios de comunicación.
  • Si el viento es lo suficientemente fuerte podría derribar uno o más tanques de almacenamiento y causar, en forma secundaria, daños derivados del vaciamiento brusco del volumen de agua almacenada (que puede ser de varios miles de m3), además del daño producido por el propio derrumbe de la estructura de cañerías de conexión y en las instalaciones aledañas.

Otro documento de la OPS/OMS sobre el mismo tema[5], indica que como medidas preventivas ante la llegada de huracanes debían de darse las siguientes medidas preventivas:

En la medida de lo posible:

  1. Se debe evitar establecer instalaciones en valles estrechos, en las partes altas de los cerros o en áreas costeras.
  2. En las estructuras se deben aplicar técnicas de construcción resistentes a los huracanes.
  3. Los árboles se deben usar como rompevientos pero no demasiado cerca de las instalaciones.
  4. Las tuberías no deben estar ubicadas a lo largo de una ribera o camino costero y se debe reducir el número de tuberías que cruzan el río.
  5. Es necesario verificar si los tanques grandes de almacenamiento están llenos antes de la tormenta para evitar rupturas.
  6. Estos tanques deben estar ajustados internamente y sujetados con soportes.
  7. La instalación de válvulas de cierre manual o de flujo regulado automáticamente ayudarán a evitar pérdidas de los reservorios.
  8. Se deben instalar y cerrar los obturadores para lluvias.
  9. Se debe tratar de mejorar la estructura de los puntos de captación de los ríos e instalar válvulas de limpieza en las tuberías.
  10. Antes de que llegue el huracán, es importante limpiar los filtros y cerrar los puntos de captación del agua.

[1] https://www.cpc.ncep.noaa.gov/products/analysis_monitoring/enso_advisory/ensodisc.shtml

[2] https://www.noaa.gov/news-release/2023-atlantic-hurricane-season-outlook

[3] https://blogs.iadb.org/agua/es/3405/

[4] https://ec.europa.eu/echo/files/evaluation/watsan2005/annex_files/

[5] El agua en situaciones de emergencia. OPS/OMS.

https://www.paho.org/es/file/57111/download?token=ccp0r_ef


[i] Por MSc Ingeniería Ambiental, Nelson Medina Rocha, Junio 12,2023

Agua durante la sequía del Niño 2023 en el Corredor Seco Centroamericano[i]

Cuando se pregunta a la herramienta de Inteligencia Artificial de Microsoft llamada Bing, con la frase: “efectos del Niño 2023 en el corredor seco centroamericano”, esta muestra alrededor de 250 artículos sobre el tema. La mayoría de ellos son reportes periodísticos y de estos, también la gran mayoría mencionan lo que informó la FAO ( Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) sobre este tema en un documento que no todos incluyen. Afortunadamente, gracias a Bing se pudo conocer la fuente (FAO) y por tanto uno puede irse a la página web de esta Organización y conocer el documento, que es fechado en Abril 26 de este año. Se titula: “El Niño to return in 2023 following a three-year La Niña pase” o “El Niño regresa en 2023 después de 3 años de fase La Niña”.[1]

El pronóstico de la FAO se basa a su vez en un reporte del Centro de Predicción del Clima de la NOAA, el cual se había realizado en el mismo mes de Abril. Para entonces, este Centro informaba que había un 62 % de probabilidades que para Mayo o Junio, se estableciera un año El Niño. Con la información emitida mensualmente por la NOAA a quienes se la soliciten, se logra saber que para el reporte de Mayo 11[2], esta probabilidad es “superior a 90 %”, lo que significa que ya no hay lugar a dudas que se establecerá un año El Niño en 2023, a partir de Junio probablemente.

A la fecha de elaboración de este artículo (23 de mayo), toda la región de Centroamérica experimenta una ola de calor intensa (cercana a los 40 grados Celsius, en algunas regiones) y las lluvias aún no inician, cuando regularmente ya debían haberse establecido y logrado un cambio de temperatura en estos países. Los reportes indican que los calores son intensos no solo entre México y Costa Rica, sino inclusive en todo el territorio panameño. Dentro de esta extensión geográfica, hay una que es particularmente vulnerable a estos sucesos meteorológicos, como es el llamado Corredor Seco de Centroamérica.

El Resumen Ejecutivo del documento “Caracterización del Corredor Seco del Triángulo Norte de Centroamérica” Hábitat para la Humanidad[3], publicado en 2021, indica que en esta área geográfica tiene un largo de 1600 km y de 100 a 400 km de ancho, extendiéndose desde el sur de Chiapas, en México, hasta Guanacaste, en Costa Rica. Está asentado principalmente sobre la costa Pacífica, con predominio en las zonas bajas y de bosque tropical seco. Cubre así el 30 % de Centroamérica y el 80 % del mismo abarca Guatemala, Honduras y El Salvador.

En estos tres países, vive una población aproximada de 22.5 millones, 62 % en zonas urbanas y 38 % en áreas rurales. Una gran mayoría de municipios son densamente poblados y tres de las capitales y más populosas ciudades están en el Corredor: Ciudad de Guatemala, San Salvador y Tegucigalpa.

El Reporte de la FAO indica que se encuentran en riesgo de sequías severas 44 países en el mundo, entre los cuales se encuentran desde México hasta Panamá, es decir, todo el Corredor Seco Centroamericano. En el caso de riesgos de inundaciones, solamente aparece México en una lista de 20 países en el mundo.

En relación con los países que experimentarán épocas secas durante el Niño, la FAO indica que el riesgo mayor es que los ciclos de cultivos se acorten y por lo tanto la producción agrícola en general, se reduzca. Estos países están localizados en Centroamérica, el sur de los países de Asia, el sur de África y el norte de Suramérica, como se puede observar en el mapa.

Aunque esta organización no lo dice, pero es de esperarse que las sequías tengan consecuencias en el abastecimiento de agua a toda la población de estos países. Particularmente, la situación podría ser más crítica en barrios de las grandes capitales antes mencionadas, pero de igual manera, habrá que tomarse medidas serias en todas las ciudades y comunidades rurales. Habrá que racionarse el servicio, evitar las pérdidas físicas de agua en las redes de distribución, evitar el desperdicio de agua en la población y otras medidas que publicamos en otro artículo.[4]

Particularmente las medidas a tomar en las comunidades urbanas y rurales del Corredor Seco Centroamericano pueden llegar hasta transportar agua de zonas menos afectadas por la sequía y la compra de agua de empresas privadas al menos para tener para tomar y preparar los alimentos y brindar a las personas más vulnerables de los hogares.

La situación para 2023 ya es difícil de prever con otras medidas, como crear más tanques de almacenamiento o aprovechar otras fuentes de agua cerca de las ciudades y comunidades, pero sí se puede ir planificando en los presupuestos anuales lo que se requiera hacer en el 2024 y los años subsiguientes.

Seguramente todos los países de Centroamérica tienen priorizado este tema en sus agendas, con presupuestos destinados a acciones concretas. La FAO también ha aportado fondos en cuatro países de Centroamérica, Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua, entre 2015 y 2018, logrando fortalecer la resiliencia en el Corredor Seco del área mediante el Programa de Riesgos de Desastres.


[1] https://www.fao.org/3/cc5749en/cc5749en.pdf

[2] https://www.cpc.ncep.noaa.gov/products/analysis_monitoring/enso_advisory/ensodisc.shtml

[3] https://www.habitat.org/sites/default/files/documents/Resumen-CorredorSeco-ESP-8Abr22.pdf

[4] https://anisanic.org/2023/04/


[i] Por Nelson Medina Rocha, MSc en Ingeniería Ambiental, Mayo 22, 2023.

La Inteligencia Artificial (IA) en el campo del Agua Potable, el Saneamiento y los Recursos Hídricos[i]

Según Bill Gates, “La era de las IA ha comenzado” y así titula el artículo elaborado recientemente por él[1]. Menciona allí que en su vida ha presenciado dos descubrimientos tecnológicos que considera revolucionarios.

El primero de ellos fue en 1980 cuando con el programador Charles Simonyi diseñaron la interfaz con la cual se comenzó a comunicar a los complicados hardware de la época con el usuario final, hoy usted y yo. De allí nacieron Windows y Microsoft y de allí la enorme fortuna de este hombre al que hay que leer pues siempre está en el tope de la ola en materia tecnológica, financiera y ahora filantrópica.

El segundo de estos descubrimientos lo experimentó a mediados de 2022, cuando con un equipo de expertos probaron con el modelo ChatGPT de IA, la realización de un examen de biología. Por los resultados obtenidos, Gates quedó gratamente sorprendido y por eso es comprensible que su Fundación Gates haya decidido invertir más en desarrollar esta nueva corriente tecnológica. Su intención es lograr que los adelantos que se realicen puedan beneficiar no solo a los que disponen de riqueza, sino también a los que no la poseen, tanto en Estados Unidos de América como en los países pobres del resto del mundo, “en donde ocurre la gran mayoría de las muertes de menores de 5 años” por causas como la diarrea y la malaria, entre muchas, indica.

Últimamente se ha popularizado mucho el uso de diferentes versiones de ChatGPT como una forma de uso de las IA o bien otras formas de chatear como las desarrolladas por Microsoft Bin. Existen aplicaciones gratuitas con las cuales se puede probar esta tecnología. Sin embargo, el uso de las IA no se reduce al uso de las Chat.

En la web ya se encuentra literatura que relaciona las IA con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre ellas el ODS 6, que es el que se refiere al agua potable, al saneamiento y en general a los recursos hídricos. En un reciente libro[2], diez investigadores de un Instituto español, se propusieron abordar ambos temas y en el mismo hicieron una descripción del escenario actual (2021) del Agua limpia y el Saneamiento en el mundo, siguiendo con un análisis de la literatura en el uso de las IA y las tecnologías digitales en este campo, para elaborar luego un análisis FODA y terminar con recomendaciones en el uso de la IA y las tecnologías digitales. El artículo y en general el libro es abundante en referencias bibliográficas que dan soporte a lo que indican los autores.

Se puede afirmar que en el sector de Agua y Saneamiento hay términos de IA que ya se han venido usando hace tiempo como es la telemetría en una red de distribución de agua potable y sus elementos principales como equipos de bombeo y tanques de almacenamiento. Si en las empresas grandes o medianas de agua potable estos sistemas inalámbricos ligados a Internet ya están en uso, entonces es una puerta de entrada importante para desarrollar otros medios que ofrece la IA como son las redes neuronales, metaheurísticas basadas en la naturaleza, etc. Y esta es precisamente la primera recomendación que ofrecen los especialistas de la Universidad de Granada, que es no solo hacer esfuerzos por instalar estos sistemas telemétricos sino utilizarlos de la mejor manera posible por medio de la capacitación a los técnicos y profesionales que operan los sistemas de agua, alcantarillado, potabilización y tratamiento de aguas residuales.

De igual manera que con los sistemas hidráulicos, puede avanzarse en el uso de instrumentos y softwares para simular virtualmente el comportamiento de los recursos hídricos (lagos, lagunas, ríos, aguas subterráneas y su correspondiente calidad de aguas). Esto es necesario principalmente para fortalecer los sistemas de gestión de riesgo en áreas potenciales de inundaciones o deslaves de cerros.

El estudio constante de las redes de distribución mediante la IA, que bien puede comenzar con el uso de softwares como el EPANET por parte de los operadores directos de las redes, puede hacer que se reduzca el Agua no facturada de los sistemas o que se reduzcan los costos de operación al poder predecir grandes fallas en las tuberías principales o sus válvulas.

Igualmente, los autores sugieren el uso de algunas tecnologías como “blockchain” para que se monitoreen de manera digital aspectos relacionados con la gobernanza del agua, en relación con la información que generan los actores de un subsector, como en una cuenca hidrográfica, por ejemplo. Instituciones públicas que disponen ahora de nuevos sistemas de información de las comunidades rurales pueden utilizar todo el volumen de datos que disponen y que actualizan con regularidad, con el fin de disponer de parámetros finales para los tomadores de decisión y usuarios. El uso de estas cadenas de bloque, ya se ha documentado en casos concretos de monitoreo continuo a todo nivel de los ODS.[3]

Finalmente, los autores del libro indican que si no se disponen de los recursos para disponer de equipamiento y sistemas de IA que tienen algún costo alto, se pueden utilizar sistemas menos complejos que optimicen el funcionamiento de los sistemas físicos (redes de distribución, Plantas Potabilizadores o Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales) y de las entidades administradoras de agua potable y saneamiento. Las entidades pueden ir avanzando poco a poco en su uso en cada proyecto y programa que desarrollen.

Como dice Bill Gates, estamos en el inicio de otra gran revolución tecnológica que bien puede ser más utilizada gradualmente en el sector de agua potable y saneamiento.


[1] Gates Bill (2023). “La era de las IA ha comenzado”. Gates Notes. The blog of Bill Gates, Marzo 21, 2023.

[2] Universidad de Granada (2021). Inteligencia Artificial y Tecnologías Digitales para los ODS. https://www.raing.es/pdf/publicaciones/libros/inteligencia_artificial.pdf

[3] https://www.iagua.es/blogs/ignasi-servia-goixart/blockchain-gestion-agua-y-sequia


[i] Por Nelson Medina Rocha, MSc en Ingeniería Ambiental, Marzo 2023

Agua fresca para consumo humano durante la época seca: ¿qué hacer y cómo? – 12 recomendaciones a tomar[i]

El pasado 13 de Abril, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés)[1] informó que el fenómeno de El Niño tiene un 62 % de probabilidades de establecerse entre Mayo y Julio de este 2023 a nivel global. Esta predicción se da debido a que se han registrado temperaturas arriba del promedio en el Pacífico Ecuatorial así como en el subsuelo.

Desde el año 2020 al 2022, La Niña se estableció en varias zonas del mundo y condujo a periodos de lluvia intensos y continuos, lo que permitió la recarga de acuíferos y embalses naturales y artificiales, agua que está actualmente siendo utilizada. Sin embargo, los datos indican que en el año 2023 se establecerá un año “Niño”, que implica que será un año con sequías prolongadas. Los efectos serán más drásticos en zonas frágiles como el Corredor Seco Centroamericano.

Como indican especialistas del Banco Mundial, es necesario replantearse la idea del almacenamiento del agua fresca para abastecimiento de agua potable, generación de alimentos y demás usos, principalmente para las épocas secas. En general, se recomienda que en los meses de intensas lluvias se incrementen los esfuerzos por almacenar los mayores volúmenes de agua posible.

En el momento en que se da una sequía, sus efectos obligan a tomar medidas drásticas para proveer agua a las familias, sin embargo, lo más recomendable es tomar las medidas con suficiente tiempo de antelación pues así los efectos negativos son menores y menos costosos. En varios países y dispersos en varias fuentes encontradas en Internet, se encuentran las siguientes recomendaciones a tomar.

  1. Formular Proyectos de Almacenamiento

Se pueden formular proyectos focalizados en estructuras nuevas de almacenamiento que resulten más económicos, factibles y de bajo costo operativo que los proyectos integrales (fuente, conducción, tratamiento, redes, tanques). También es posible que se formulen otros proyectos que aprovechen embalses naturales cercanos no utilizados, con obras de ingeniería, como la limpieza de sedimentos y corte de malezas en el interior y alrededor de estos embalses. En el estudio publicado sobre el tema, el Banco Mundial propone algunos pasos concretos que pueden ser dados por las instituciones o empresas de agua para planificar este tipo de proyectos de almacenamiento.[2]

  • Gestión oportuna de recursos financieros

La etapa posterior a la planificación de las obras de mediano y gran tamaño que pueden cubrir una ciudad o una región completa dentro de un país o una región geográfica determinada es la consecución de recursos. Una estrategia adecuada es realizar estudios económicos mediante los cuales se pueda convencer a las secretarías (o ministerios) de hacienda y de cooperación internacional, a gestionar fondos ante organismos financieros bilaterales o multilaterales a fin de conseguir los recursos financieros que se requieren para llevar a cabo las obras planificadas de almacenamiento.

  • Actualización de tecnologías

Los profesionales de las instituciones públicas, privadas, las asociaciones de profesionales y la academia pueden documentarse en el exterior, de tecnologías para ser estudiadas, piloteadas y posteriormente planificadas, algunas de las cuales se presentan a continuación.

  1. Recarga de Acuíferos. Los acuíferos son grandes tanques de almacenamiento de agua, a nivel subterráneo. Estas obras pueden ser de dimensiones muy variadas. En ciudades medianas y grandes, la recarga puede realizarse mediante obras de ingeniería que implican la construcción de embalses subterráneos de gran tamaño. En países como México y Chile, la recarga de acuíferos es una realidad y hay estudios que vale la pena revisar para obtener conocimientos aplicables.[3]
    1. Aprovechamiento del agua de lluvia. Las obras de aprovechamiento de agua de lluvia en las áreas rurales han sido una solución ya utilizada desde inicios de la civilización humana. Los proyectos que aprovechan los techos de los inmuebles (desde viviendas hasta edificios públicos, como escuelas), requieren generalmente invertir en canales, tanques sobre suelo o tanques enterrados, llamados también aljibes. Las soluciones individuales también han formado parte en el pasado de proyectos piloto, los que podrían escalarse a niveles y presupuestos mayores.[4]
  • Campañas de ahorro del agua

Enfrentar la problemática de la falta de agua durante épocas de sequía es una acción que conviene realizarla en conjunto con la población. En varios países [5]se han diseñado y practicado con éxito campañas de cambio de comportamiento con respecto al uso racional del agua que pueden ser adoptadas y adaptadas a la realidad de cada país, o bien diseñadas a la medida de cada población, para que se reduzcan los desperdicios que todavía se observan en las ciudades, como el uso de mangueras para regar calles pavimentadas durante el día, hábitos personales de desperdicio como la ducha con la llave abierta todo el tiempo y muchas más. Estas campañas tienen un costo determinado y por tanto, también pueden ser tratadas como un proyecto particular hasta llegar a la necesaria búsqueda de financiamiento.[6]

  • Administración racional del recurso hídrico en el país

Las Leyes de Recursos Hídricos de varios países permiten, en su mayoría, priorizar el uso del agua para fines de consumo humano, antes que la agricultura (que más usa en % el agua fresca de los países), la industria y otros. Antes que comiencen las épocas de sequía conviene llegar a arreglos o acuerdos entre los sectores, a fin que en las semanas más críticas en donde se comprometa el suministro de agua para las poblaciones urbanas y rurales, el uso del agua para otros sectores se reduzca, comprometiendo lo menos posible la salud económica de esos sectores. Sobre este tema, la FAO publicó un libro que se recomienda leer.[7]

  • Mayor aprovechamiento del agua de mar

El costo de tratamiento del agua de mar hace que su uso no sea más frecuente, excepto en países que disponen de suficientes recursos económicos. Por otra parte, hay ciudades y poblados menores que están lejos de las costas o en puntos elevados en sierras y montañas y los costos de llevar el agua tratada del mar se vuelve más costosa. De cualquier manera, para aquellas poblaciones que tienen las condiciones, conviene su mayor aprovechamiento. Siempre en relación con los costos, en los últimos años estos han reducido proporcionalmente. Actualmente, mil galones de agua dulce producida por una planta desalinizadora resultan entre US$ 2.5 y US$ 5, contra US$ 2.0 que cuesta producir el mismo volumen por otros medios tradicionales, sin embargo, como indica el artículo que se cita, los costos ya son menores que en años anteriores.[8]

  • Utilización del agua residual tratada

El tratamiento de las aguas residuales municipales ha ido en incremento en muchos países y la tecnología ha llegado a un punto que los efluentes que proceden de las plantas de tratamiento ya pueden llegar sin mayores costos a pasar por etapas terciarias y por tanto, su reuso es una realidad en varios países. En sitios en donde en el verano los agricultores explotan los acuíferos subterráneos para disponer de agua para riego, el agua residual tratada puede hacer que tales acuíferos no se sobreexploten y que el riego de ciertos cultivos no ponga en riesgo el abastecimiento de agua potable a las familias que viven en ciudades o poblados cercanos. Aun más, el agua residual tratada puede ser reutilizada para regar áreas destinadas a bosques, con lo cual se estará beneficiando la disponibilidad futura de agua subterránea para estas zonas pobladas. Se sugiere la lectura del libro “Aguas Residuales: De Residuo a Recurso”[9] el cual brinda herramientas interesantes de planificación y modelos de negocio para concretar proyectos de economía circular.

  • Atención especial del agua que se pierde: Mantenimiento mayor de válvulas y tuberías de distribución

Las entidades públicas (centrales y municipales) o privadas de servicio de agua potable tienen un rol muy importante al enfrentar las épocas de seguía, llevando varias acciones con sus propios presupuestos anuales. Una acción intensa es invertir en la reducción del agua que se pierde en las tuberías debidos a muchas causas (edad de la tubería, instalación deficiente, baja calidad de materiales, etc.). Las campañas de ahorro de agua son más efectivas cuando la población nota que la empresa de agua hace serios esfuerzos por reparar de manera rápida las fugas que se producen en las tuberías de las redes de distribución. En caso se presente la necesidad de racionar el servicio por áreas, también es necesario invertir en dar mantenimiento a las válvulas de las redes y al funcionamiento de los tanques de almacenamiento.

  • Concientización al personal de las empresas de agua y saneamiento

Enfrentar las épocas de sequía, principalmente en las empresas de servicio de agua potable, es una tarea que requiere del concurso de todos: funcionarios, profesionales, técnicos, obreros, personal administrativo, directivos, oficinistas y trabajadores organizados en sindicatos. El esfuerzo del personal directivo, que puede llegar a unas diez o veinte personas, se multiplica cuando se da a conocer a todo el personal las implicaciones que tiene para la sociedad en su conjunto, así como también para el bienestar de la empresa y sus filiales, el hecho de disponer o no de la materia prima con la que opera la organización, que es el agua fresca proveniente de las diversas fuentes.

Las campañas de ahorro del agua pueden ser conocidas en primera instancia entre el personal de las empresas y así, estos pueden convertirse en voceros y promotores, ante toda la población, de los procedimientos a tomar cuando se observen pérdidas de agua en tuberías o en medidores, o bien en promotores de la reparación de fugas dentro de los domicilios o en la toma de conciencia para evitar los desperdicios de agua.

  1. Tecnologías simples y complejas de ahorro de agua

Desde los años ochenta la industria de la ferretería comenzó a construir artefactos para uso del agua y de las aguas residuales, que permitieran ahorrar agua. A estos artefactos, se les llamó ABC, o Artefactos de Bajo Consumo. Esto permitió que en urbes como en Ciudad de México se procediera a cambiar miles de inodoros por otros que consumieran menos agua por descarga, lográndose así reducir el elevado consumo de agua de la ciudad y con ello bajar la explotación del acuífero de la ciudad, que provoca, entre otras cosas, el hundimiento de edificios.

Además de esas medidas de tecnología desarrollada, se dieron desde entonces consejos sencillos para reducir el uso del agua de descarga de los inodoros, como era colocar recipientes plásticos o ladrillos dentro del tanque y reemplazar las mangueras para regado de jardines, por regaderas metálicas.

Actualmente, hay muchas tecnologías nuevas que logran el mismo objetivo y que ya observan comúnmente en comercios, como restaurantes y hoteles. [10]

El rol de esta industria para desarrollar nuevas tecnologías que estén al alcance económico de todas las familias será de una gran importancia para enfrentar las épocas de sequía.

  1. Estudios económicos

Así como se han hecho estudios económicos de los indicadores macroeconómicos de un país por la falta de saneamiento, así también, es posible realizar estudios económicos que determinen las pérdidas económicas por atender las sequías en condiciones de emergencia. Hechos tan simples, por ejemplo, como medir el costo de transportar un metros cúbico de agua a x kilómetros por tubería y por medio de cisternas móviles, permite determinar las considerables diferencias de tales costos. O los efectos que tiene el hecho de tener que consumir agua contaminada de ríos o quebradas por la falta de agua en los sistemas. O bien el efecto económico que significan la pérdidas económicas por ausentismo laboral y escolar debidas a la sequía.

  1. Uso separado o conjunto de medidas para enfrentar la sequía

Cualquier medida de las anteriormente enlistadas resultan beneficiosas para reducir al máximo posible los efectos de las épocas de sequía como en los años “Niño”. Si son utilizadas como Programas, su efecto es considerablemente superior y puede llegar a contabilizarse mediante indicadores físicos y económicos. Al final, los beneficiarios son todas las personas que tienen servicios urbanos o rurales de agua potable y de saneamiento y la sociedad en su conjunto también es beneficiaria, con los consecuentes logros de carácter económico y hasta político.

Durante los tres últimos años “Niña”, fue posible que la temperatura global se mantuviera relativamente estable. Sin embargo, los meteorólogos pronostican que a partir de la segunda parte de 2023 y todo 2024, el “Niño” provoque picos extremos de temperaturas, que a nivel de la población puede provocar mayores consumos de agua potable de los normales.

La acción concertada de toda la sociedad ante tales fenómenos podrá dar la solución a la problemática que está por presentarse.


[1] https://www.noaa.gov/weather

[2] https://documents1.worldbank.org/curated/en/099454002022397507/pdf/IDU031e759b40be950485909796045bca5d8e378.pdf

[3] https://www.cazalac.org/publico/fileadmin/templates/documentos/Chile-Mexico/Curso_31052016/Recarga_artificial_de_acuiferos.pdf

[4] https://www.unicef.org/peru/historias/cosechando-agua-de-lluvia

[5] https://www.expoknews.com/7-campanas-de-ahorro-de-agua-que-debes-conocer/

[6] https://fandelagua.com/10-acciones-para-cuidar-el-agua/

[7] https://www.fao.org/3/i3015s/i3015s.pdf

[8] https://www.fundacionaquae.org/wiki/cifras-sobre-la-desalinizacion/

[9] https://www.worldbank.org/en/topic/water/publication/wastewater-initiative

[10] https://www.iagua.es/blogs/luis-martin-martinez/10-mejores-tecnologias-ahorrar-agua-revision


[i] Por Nelson Medina Rocha, MSc en Ingeniería Ambiental, Abril 2023.